LA LUZ DE CÁDIZ
Entre la arena y la brisa del mar surge el sol en Cádiz. Y con el sol, la luz, que lo envuelve todo. La vida en este rincón del sur está impregnada de sal, de olor marinero y de blanco. Lo bello son sus atardeceres, que despiden el día pintando de colores el agua.
Y es que si algo tiene Cádiz, además de su impresionante paisaje desde la sierra hasta el mar, es esa luz que nos regala su tierra. Una luz tan especial que hace que las fotografías se impregnen de sabor y olores gaditanos.
Las imágenes se tiñen de un elegante tono cálido. El objetivo recoge los rayos que vienen del sol. Y es ahí donde se crea la magia. Un baño de luz envuelve a la pareja de novios mientras, a lo lejos, el horizonte se pierde.
Cádiz inmensa, de pueblos encalados y playas que no tienen fin, con el verde de sus pinares y el agua de sus salinas. El escenario soñado para hablar de amor. Para retratarlo por los que conocemos bien sus rincones.
Porque un fotógrafo local vive y siente el día a día del lugar. Por tanto sabe situarse en el paisaje adecuado en el momento adecuado. Conoce las mejores horas para sacar partido a la luz. Y la naturaleza del entorno, con sus orillas, con sus dunas, con sus muelles repletos de barquitos de pesca y sus callejuelas.
El fotógrafo local aporta confianza, y vosotros os sentís arropados, no solo por la luz que da Cádiz, sino por la experiencia de quién conoce la zona. Si ya hay belleza en un beso y verdad en una mirada, porqué no otorgarle un paisaje para el recuerdo a esos gestos.
CÁDIZ PONE LA NATURALEZA,
VOSOTROS LA NATURALIDAD
FOTOS: Issa Leal TEXTOS: Gema Sanchez Najera