TIERRA SANTA ISRAEL

CHALLENGE 2014

 

Mi visión más personal del viaje ha sido observar como fotógrafo y ver el comportamiento de las personas ante las adversidades ante un simple juego perfectamente diseñado para llegar extenuados arriba a Masada. Caminar por el interior de una serpiente de color plano y seco. La manzana verde en la mochila nos recuerda que estamos en el Paraíso, la Libertad tatuada en el brazo del Hakham y los amorreos son sentir del bueno.

Esas largas colas en las frontera jordana marcan claramente con colores las diferencias entre oriente y occidente y no por sus ropas sino en sus profundas miradas.

El desierto me ha abrazado, no me deja escapar, no me deja que le olvide y me ha removido por dentro mezclando todos mis miedos, mis emociones, mis pasiones y mis deseos. Con la piel árida, los labios deshidratados y la espalda desbaratada nos esperaba la beduina Miriam con té caliente.

Un viaje que aunque bien acompañada, el camino lo haces solo, hacia tu interior con mil preguntas en este inmenso silencio de arena y piedra.

Un moabita cierra nuestros días con la voz rota y la guitarra que entre fados y habaneras me recuerda de donde vengo de mi tierra en Carnavales a la que en algunos momentos he echado de menos.

Emérito el merecido y bendecido nos muestra las mil y una puertas de Jerusalem y el Silencio sepulcral entre el murmullo de los 3 rezos.

Porque todos vais apareciendo en mis sueños.

En el No horizonte del Mar Muerto Desafío, Amistad, Compañerismo, espiritualidad, risas, sueños, saber escuchar, generosidad, corazón, admiración, valores, gratitud, manos heridas y desconocidas que se vuelven amigas, abrazos, el tiempo y carreras sin aliento.

Hoy se que hay muchas mas cosas dentro de mí, las que la rutina no te deja ver.

Y tanto que volvimos cantando, nuestros mayores lo sabían.

Mi especial agradecimiento a Carlos y Noelia por mostrarme el camino a mi interior.

Fotografías realizadas por Issa Leal 

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